Aragua está en peligro. Preocupación puede
ser una palabra, para mantenernos elegantes. Escribo sobre lo que conozco y mi
terreno es Aragua. Veo con terror como comerciantes de todas las áreas están al
borde de un colapso nervioso ante el asedio de fiscalizaciones que no
fiscalizan, aumentos del aseo urbano que no asea, cobros de luz que no alumbra
y en esa misma línea todo.
Este verano tropical llegó para secar todo,
especialmente los comercios. Hay éxodos en centros comerciales, locales vacíos
por doquier y nuevas aperturas en manos de gente inexperta en áreas
inimaginables. Específicamente en alimentos y bebidas se han registrado
inauguraciones en los rubros clásicos, hamburguesas, sushi y brasas. Todo esto
ante el cierre de muchos otros y mas aun, ante las mesas vacías de los ya
existentes. Restaurantes que cierren en verde cualquier mes, deben dar gracias
a la providencia divina.
Tener cola en la puerta no significa estar
ganando dinero. Y no nos podemos dejar llevar por eso, puede ser y es, un
fascinante espejismo. Y es que hay que tener mucho cuidado con entrar en la
espiral descendente de las ofertas atrapa clientes. 2×1, entrega gratuita,
bebida incluida. Algunas funcionan, pero muchas otras no, y es porque están
hechas sin manejo de cálculo.
He visto muchos negocios seguir calculando
todo con la regla del ojo por ciento. Y la base de esos descuentos esta en la
compra. No se gana más vendiendo más caro, se gana más comprando más barato. Es
allí donde empieza todo. Es por eso que para negocios pequeños ofrecer precios
comparables a los de cadenas o establecimientos mas grande solo representa hoy
lo que yo llamo el espejismo del flujo de caja, que realmente no deja utilidad,
y te lo explico mas fácil. Con este comportamiento financiero pagas la nómina,
pagas algunos proveedores (este es
tema de otro artículo) pero cuando se te dañe una nevera solo la desincorporas
pero no puedes reponerla porque el fondo de ahorros no se logra llenar con ese
flujo existente. Es decir, pasará como a las hamburguesas de 1$ de la época de
la pandemia. Al final quien queda, los mismos actores grandes de siempre.
Creer en nuestros proyectos es importante,
pero llevarlos a cabo con lógica y estudio lo es aun más. El comportamiento del
mercado es cambiante y no responde a ninguna ley. El consumidor venezolano no
tiene patrones, no se casa con marcas, va tras los precios y difícilmente se
fideliza. Velocidad y mente clara porque necesario es vencer, aunque no les
guste la expresión. El verano puede dejar seco algo más que los cerros del
Henry Pittier que están ahogando con su humo a la frágil clase media del estado
que es a fin de cuenta el motor de la economía.
Aragua puede estar en peligro.